MATERIA, VIDA Y AUSENCIA
La materia es el fundamento físico del universo, aquello que tiene sustancia, ocupa espacio y puede ser percibido. En la filosofía clásica, representa todo lo que conforma el mundo material, lo que se puede tocar, medir o transformar. No obstante, la materia no es únicamente lo que permanece estático; es dinámica, susceptible de ser moldeada, alterada y, eventualmente, destruida. En el ámbito artístico y científico, se manifiesta como algo que está en constante cambio, desde los objetos cotidianos hasta las partículas subatómicas. En este sentido, aunque la materia pueda deteriorarse o mutar, nunca desaparece por completo: simplemente adopta nuevas formas.
La vida emerge en esta reflexión como el principio que anima y transforma la materia, dotándola de movimiento, propósito y significado. Es un estado efímero, pero poderoso, que deja huellas tanto en lo visible como en lo invisible. La vida se presenta no solo como la fuerza que transforma lo inerte, sino como el vínculo entre lo que existe y lo que deja de existir, un proceso que, en su devenir, también genera ausencia.
La ausencia se erige, entonces, no como un vacío absoluto, sino como una forma latente de presencia. Aquello que ya no está, lo que se ha desvanecido o ha dejado de ser, mantiene una impronta, un rastro. La ausencia revela lo que alguna vez ocupó un lugar y, de manera paradójica, se convierte en parte integral de lo que está presente. Nos desafía a reconsiderar la noción de pérdida, revelando que el vacío también es parte del proceso creativo y perceptivo.
La convergencia de materia, vida y ausencia nos invita a repensar nuestra relación con el mundo, con nuestro entorno y con nosotros mismos. Nos lleva a cuestionar lo que entendemos por «real», mostrando que la existencia no es simplemente lo que podemos tocar o ver, sino también aquello que deja su huella a través de su desaparición. Este diálogo entre lo que es y lo que ya no está, entre lo visible y lo imperceptible, expande nuestra comprensión de lo que significa habitar el mundo.